
03 Jun Qué es el Síndrome de Estocolmo Emocional
Te ha pasado que escuchas a personas explicando sus penas, desgracias, adversidades y lo cuentan como si fuera algo normal o merecieran encontrarse mal; a eso yo lo llamo el Síndrome de Estocolmo Emocional.
El Síndrome de Estocolmo Emocional es la compresión, costumbre, aceptación y hasta justificación del mal estar propio. Es cuando terminamos aceptando las adversidades a tal punto que nos adaptamos y no hacemos nada por cambiar. Nos convertimos en víctimas y victimarios (abusadores) de nosotros mismos.
Cuando somos víctimas y victimarios somos nuestros propios abusadores. Aceptamos el mal estar en la creencia errónea que lo merecemos, sustentado por culpa o miedo. La culpa porque no juzgamos y castigamos con la situación o, por el miedo a cambiar las circunstancias conocidas aunque sean negativas.
Las circunstancias tóxicas existen y en determinados momentos nos afectan; identificarlas y luchar por salir de ellas con un aprendizaje es la gestión positiva de las mismas, en ningún momento deben ser asumirlas como la norma de nuestra vida con resignación; ya que sino seremos victimas y victimarios en un circulo vicioso y autodestructivo.
No te acostumbres a las situaciones adversas, no piensas que las mereces, no seas tu juez y verdugo. Todos cometemos errores, es nuestra condición humana, sin embargo, también como humanos tenemos la capacidad de enmendar y buscar soluciones. Trabaja para no ser víctima y menos victimario, sana tu relación contigo misma.
Una víctima mantiene una relación de pesar y desamor consigo misma que le imposibilita amar a otros. Cuando nos hacemos responsables de nuestro bienestar y felicidad, dejamos de culparnos para empezar a querernos y transformarnos en lo que de verdad merecemos.
La felicidad, el bienestar es nuestra meta. Reconcíliate contigo, acéptate cómo eres y trabaja por superar tus adversidades.
El primer amor de tu vida eres tú misma y eres responsable de tu salud emocional, de desarrollar psicohabitos de sanación y desintoxicación.
¿Cómo?
Con mucho amor propio
Con tu voluntad
Con tu generosidad
Con tu coraje
Con tu sensibilidad
Con tu juicio
Detente a pensar para buscar soluciones, encuentra la ayuda que haga falta y sólo echa para atrás para coger el impulso necesario y huir de la fatalidad en busca de la felicidad, ¡nadie merece estar ahí!
Crecer significa quererte y superar las adversidades; resignarte es detener tu crecimiento en la falsa creencia que no mereces algo mejor o que eso mejor es inalcanzable.
Nos tenemos que valorar y querer mucho, es difícil salir de la calamidad si no nos queremos lo suficiente para entender que tu fin es ser feliz, no sufrir o aguantar. Si no toleras lo inaguantable empiezas a andar el camino del bien estar.
No justifiques lo injustificable.
¡Para poder dar amor, debes sentir mucho amor (sobre todo el amor propio)!
El Síndrome de Estocolmo Emocional es el malestar personal llevado al colmo
¡Abrazote Apretadito!
Soraya
Posted at 16:45h, 02 junioProbando