Que dejar ir, es dejar llegar y estar lista para recibir
Que se puede prescindir de casi todo, porque lo que realmente somos no está en lo que tenemos, sino, en lo que sentimos.
Que si no agarras tu vida por los cuernos, la vida te agarra a ti y te lleva a cuestas como una loza pesada.
Que el bienestar y la felicidad personal no se delegan, ¡es nuestra responsabilidad!
Que sólo nosotros hacemos que las cosas sucedan, luego no vale esa popular excusa “es que no he tenido suerte”.
Estoy convencida que la suerte existe, pero nos tiene que pillar trabajando.
Que los duelos se respetan, se viven y se cierran (en ése orden)…”.