Biografía Soraya Fares - Soraya Fares
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Soy hija de 2 inmigrantes, padre Árabe y madre Colombiana que se encontraron en Venezuela en los años 50.

Llegué al mundo un sábado 1 de noviembre de 1961 a las 10:30 de la mañana y me llamaron Soraya por la princesa.

Aunque sintetizar una vida en hechos y fechas es como tragársela sin masticar lo suficiente, así que voy a contarlo como me fluye ahora mismo.

Cuando entro al corredor de mis memorias siempre me detengo en octubre del 1968, fecha en la que perdí a mi padre; tengo fotografías mentales en blanco y negro de aquella época y ya no sólo por la tristeza al recordar a mi padre, sino, por todo lo que impacto al mundo los sucesos de aquellos años.

Mi madre enviuda a los 29 años con 3 hijos y apenas educación; sin embrago, sacó adelante muy dignamente a su familia, ¡ella es mi heroína!

Y era justamente en lo pensaba cuando me encontré a los 27 años con 2 divorcios, 3 hijos y desesperada…”si mi madre pudo, yo también”.

Estudie Psicología, una profesión que creo me escogió a mí y no al revés, ya que mi primera opción era Derecho.

Logre graduarme a los 24 años y en el ínterin tener a mis 3 hijos… ¡que osada y enérgica es la juventud!

Hoy día disfruto del placer de sentirme una abuela joven y fuerte para poder seguir el trote de mis 5 nietos.

La vida me sigue obsequiando con segundas, terceras y muchas oportunidades (algún beneficio tiene empezar tan pronto); como mi tercer matrimonio con el hombre de mis sueños, “mi capitán”.

En el 2002 tome consciencia que mi camino en Venezuela era un callejón sin salida; y entonces emigré a España.

De la experiencia de emigrar aprendí varias lecciones de vida importantes: El pasado no nos define, solo sirve para quedarnos con los aprendizajes y  los gratos recuerdos; lo verdaderamente importante es lo que hacemos con el presente para luchar por el futuro que queremos; y lo poco material que realmente necesitamos para ser felices. Estos aprendizajes me enseñaron a vivir, ligera del equipaje que pesa y llena del equipaje que flota en el corazón.

Desde entonces vivo en Barcelona, ciudad en la que permanezco eternamente de “luna de miel con la vida”. Mis días son dulcemente simples; hago de esposa, madre, abuela, psicóloga y todo con la mayor intensidad y humildad.

Uno de mis psicohábitos preferidos es caminar. Caminar por las calles de la ciudad cada día me llena de fantasías, es mi laboratorio experiencial particular: el brillo y colorido de sus paisajes inspira muchas recetas saludables; el purpura son unas suculentas berenjenas convertidas en lasaña; el rojo me evoca muchos tomates, salsas y ensaladas; el amarillo color de los plátanos carnosos y olorosos lo transformo en un humeante pudin recién salido del horno, el verde en una refrescante ensalada de col, etc. Admiro el ir y venir de la gente, redescubriendo y aprendiendo cada día al ser humano que somos.

Escribo sobre aprendizajes de vida en primera persona entre olores y sabores, que una vez guisados llamo psicohábitos. Hábitos que nacen en el corazón, se enamoran de la razón y  procuran nuestra misión de vida: bien-estar.

Un lugar: donde estén mis amores

Una comida: la sopita de pollo de los sábados.

Look preferido: camisa blanca, tejanos (jeans) y zapatos de goma rojos.

Una lección de vida: mi temprana maternidad.

Un momento: reunir en torno a la mesa de la cocina mi familia a disfrutar de una buena comida con cualquier pretexto.

Un hobby: caminar.

Una frase: “creo mucho en la suerte, mientras más trabajo, más suerte tengo”.

Un héroe: mi madre.

Tu mejor psicohábito: reírme de mi misma.

Soraya fares
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