
17 Abr Comidas saludables, cómo, cuándo y qué
Muchos de nuestros hábitos de alimentación los desarrollamos en torno a la comodidad, horarios laborales, aprendizajes familiares y nos olvidamos de las verdaderas necesidades de nuestro cuerpo, inclusive, no escuchamos cuando el cuerpo nos grita “tengo hambre de comida de verdad”.
Tendemos a desayunar y almorzar poco; en el transcurso del día vamos arrastrándonos ya que hemos gastado de sobra el poco combustible de nuestra máquina humana. Y en la cena el cuerpo te reclama lo que le has restado, con lo cual cenamos un montón. Así nos acostamos con la barriga llena, remordimientos por el atracón y el camino allanado para la formación de una hernia de hiato, entre otras cosas.
Debemos distribuir los nutrientes necesarios a lo largo del día, no podemos comer cualquier cosa ni de cualquier forma, en cualquier momento. Nuestra alimentación es un asunto muy serio, condiciona nuestro bienestar físico y emocional, en definitiva, tenemos el bien-estar en nuestras manos.
¡Tú alimentación lo vale!
De sobras sabemos la importancia de las 5 comidas diarias, 3 principales y 2 meriendas. Y el otro tema,
¿Cómo?
Revisa cómo haces tus comidas y determina si es lo más saludable; sentada en la mesa de tu cocina o comedor, con el ordenador enfrente, con el móvil en la mano, viendo la televisión, sola, acompañada…
Si comes sola, aprovecha para degustar de verdad tu comida, relájate, regálate el momento para ti, piensa, sueña, disfruta, tiende la mirada hacia ese lugar ideal que te gusta tanto. Si comes acompañada, disfruta la compañía, la interacción, la complicidad que genera compartir mesa.
Tengo una paciente que me explica que sólo tiene media hora para comer, come en su trabajo enfrente del ordenador; sin embargo, esa media hora se la dedica a ella, despliega su mantel blanco, deja en el ordenador una imagen que para es ella relajante, destapa sus cacharritos de comida casera y disfruta de su momento; es lo que hay, sin embargo, lo aprovecha lo mejor que puede… ¡bien por ella!.
¿Cuándo?
Tus horas de comida no pueden quedar para cuando tengas tiempo, sin alimentos en tu cuerpo no tendrás energía para tus tiempos. Es decir, primero lo primero, y primero siempre eres tú. Así que es tan simple como organizar la vida para comer bien y en tiempo. Tú conoces mejor que nadie tu vida y tus rutinas, revisa tus horarios y haz los ajustes necesarios para que tus horas de comida no sean sacrificadas con la eterna excusa “es que no tengo tiempo”.
Los horarios sugeridos depende de cada caso y circunstancias, yo he descubierto mi horario adecuado: siete de la mañana desayuno, diez y media merienda, una de la tarde almuerzo, cuatro y media merienda y siete de la noche cena. ¡Descubre tu mejor horario!
¿Qué?
En el post anterior Por qué engordamos, te explicaba la importancia de ingerir los tres grupos de alimentos en cada comida: proteínas, grasas y carbohidratos. Dicho esto, queda claro que es una cuestión de equilibrio, cada uno de nosotros tiene un equilibrio personal que debe descubrir y cuidar para procurar alimentarse con sazón y razón.
Un desayuno equilibrado podría ser: una pieza de fruta mediana como el kiwi, por ejemplo, un bocadillo (sándwich) de 50 g de pan blanco o integral con jamón, queso, atún; y un café con leche desnatada. Como ves, en este desayuno están presentes los 3 grupos de alimentos.
De merienda, te recomiendo; un yogurt con tres nueces, una pieza de fruta, un puñado de cerezas, una barrita de fibra con frutos secos (vigilar que sea una buena sin azúcar añadida), etc.
El almuerzo debe ser un poco más proteico (sin pasarse), te sugiero; de primer plato: verduras variadas a la plancha, cremas de verduras como el calabacín, ensalada de legumbres u hortalizas, brócoli con un poco de queso gratinado. Segundo plato: pechuga de pollo con muchas especias y hojas (ajo, perejil, comino..), pescado a la plancha o papillote, bistec de ternera o cerdo (el solomillo es buenísimo). Postre: un cuadrito de chocolate 70% de cacao, un yogurt natural.
Cenas, en mi post 4 cenas sencillas y relajantes, te dejo algunas opciones interesantes.
Además: ensalada de lechuga con tomate rallado por encima y una tortilla francesa, más dos rebanadas de pan tostado (preferiblemente integral); crema de calabacín y filete de pavo a la plancha; un plato de pasta (pequeño) con salsa de tomate natural.
No te dejes, sólo tú eres responsable de tu alimentación.
Cuéntame cómo son tus comidas; tus comentarios nutren mi blog. Si te he aportado con ésta información ayúdame a compartir.
¡Abrazote apretadito!
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